Cuando hablamos de biomasa, tendemos a crear una imagen mental de un tipo concreto de combustible. Pensamos en los residuos orgánicos reciclados como los huesos y cáscaras de ciertas plantas.

Pero nada más lejos de la realidad. Ésa es tan solo una pequeña parte de todo lo que abarca.

¿Qué es y cómo funciona la energía de biomasa?

La biomasa está compuesta por el total de la materia de todos los seres que viven en un lugar determinado.

Pero también tiene una acepción algo más restringida, que es la que normalmente se conoce. Es decir, toda materia orgánica generada en un proceso biológico, ya sea natural o provocado, que puede utilizarse como fuente de energía.

Así pues, la madera de un árbol es biomasa. Tanto como parte del ser vivo al que pertenece, como fuente de energía térmica cuando se usa como combustible.

La obtención de energía de biomasa es sin duda la más antigua de las utilizadas por la humanidad. Y al tratarse de un proceso en el que el ser humano aprovecha los residuos formados naturalmente, es también considerada una más de las energías renovables.

Gracias a los nuevos procesos de fabricación de biomasa ecológica y a la evolución de las nuevas tecnologías, hoy en día se consigue una eficiencia muy elevada.

Y gracias también al aumento del reciclaje, cada vez hay más biomasa cuyo origen es el reprocesado de residuos humanos de orígenes tan distintos como el alimentario, las depuradoras, o el industrial. Además, el precio de la biomasa es de los más competitivos del mercado.

Tipos de biomasa ecológica, usos y precios

Existen tres tipos principales de biomasa ecológica según su origen:

Biomasa Natural

  • Natural: Toda la producida sin intervención humana como la caída de hojas, ramas o excrementos.

Biomasa Residual

  • Residual: Toda la derivada de forma directa o indirecta por procesos humanos como la industria (serrín y restos de madera), la agricultura y ganadería (podas, cáscaras o vinazas) o el reciclado (depuradoras o aceites).

Cultivos energéticos

  • Cultivos energéticos: Toda plantación cuyo destino es la generación de biocombustibles.

Los usos de la biomasa están relacionados con la forma de producirla, ya que existe en diferentes estados de la misma:

Combustión

  • Combustión: Es una forma de producir así como de usar la biomasa, y sin duda la más directa. Un ejemplo son los leños de pellet, cuyo precio ronda los 200 euros por tonelada.

Digestión anaeróbica

  • Digestión anaeróbica: Proceso parecido a la fermentación por el que microorganismos procesan materia orgánica en ausencia de oxígeno, para obtener un biogas combustible. El precio de la biomasa en este caso es difícil de obtener.

Gasificación

  • Gasificación: Proceso termoquímico por el que la biomasa acaba transformándose en un gas combustible gracias a un agente gasificante. Se obtiene así el gas de síntesis, que puede usarse como combustible directamente o como materia para la producción de biodiésel, cuyos precios rondan el euro por litro.

Pirólisis

  • Pirólisis: Proceso de combustión incompleta a alta temperatura y con muy poco oxígeno (algo parecido a cocinar) por el que que se obtiene un nuevo material más eficiente. El mejor ejemplo es el carbón vegetal, con precios de un euro por kilogramo.

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