Las calderas de biomasa son, fundamentalmente, sistemas de calefacción extremadamente eficientes que funcionan a partir de desechos naturales como, por ejemplo, leña, huesos de aceitunas o, simplemente, basura orgánica.

A partir de estos elementos generan agua caliente sanitaria de uso doméstico.

Biomasa natural: una fuente de energía limpia

En primer lugar, hay que decir que la energía de la biomasa es completamente inagotable. Esto se debe, principalmente, a que se obtiene de residuos y productos de desechos que el ser humano genera con su sola existencia, tal y como contamos anteriormente.

Esto hace también que sea extremadamente barata para el usuario. Además, este tipo de materia orgánica, al ser usada, genera unos niveles de contaminación ambiental muy escasos, sobre todo, si se comparan con los producidos por otros sistemas.

A esto habría que añadir que reduce considerablemente la dependencia del hombre de los combustibles fósiles, los cuales son los principales responsables de los altos índices de contaminación en las ciudades, del agujero de la capa de ozono y del cambio climático en general.

También debemos decir que tendremos a nuestra disposición todo el combustible que necesitemos en cualquier momento. Tampoco hay que olvidar que las calderas de biomasa son bastante económicas en sí mismas.

De hecho, suelen costar en torno a un 20 % o 30 % menos que una caldera eléctrica y un 50 % menos que una de gas.

Calderas de biomasa para limpiar los parajes naturales de nuestro entorno

El uso de la energía de la biomasa va a ser importante de cara a limpiar de suciedad nuestros montes. Esto se debe a que gran parte de los residuos que en ellos se pueden encontrar pueden usarse como combustible para este tipo de calderas.

Además, esto implica una considerable reducción de las posibilidades de sufrir incendios durante los meses de verano en los que más aprieta el calor.

Por su parte, también es posible emplear residuos industriales como biomasa.

Por lo general, estos tienen una muy difícil reutilización sino es mediante este tipo de calderas, por lo que al utilizarlas ayudamos a deshacernos de ellos. Por si fuese poco, este es un sistema extremadamente económico y eficiente.

Para que te hagas una idea, una caldera de biomasa asociada a un sistema de calefacción por suelo radiante en un hogar medio supone un gasto mensual de energía un 50 % inferior al generado por los sistemas eléctricos y de gas natural o butano.

Sin lugar a dudas, si queremos ser más eficientes y responsables con el medio ambiente y con el mundo que nos rodea en general, dar el salto a la biomasa natural es un paso imprescindible. Nuestros hijos y nuestro bolsillo nos lo agradecerán.